Prepararemos la masa arenando la harina tamizada con la mantequilla. Una vez obtenida una masa granulosa, incorporamos el huevo y el agua. Amasaremos muy poco hasta obtener una masa fina y homogénea. Reservar en frío.
Fundiremos la mantequilla a fuego suave e incorporaremos el azafrán. Mantendremos unos 3 minutos y añadimos la cebolla cortada en aros, rehogaremos unos 5 minutos a fuego suave. Mojaremos con el vino blanco, taparemos y dejaremos cocer unos 30 minutos a fuego suave. Hasta que las cebollas estén bandas.
Mientras forraremos los moldes con la masa y horneamos unos 10 minutos en blanco hasta que la masa esté dorada. Retiraremos la cebolla del fuego. Salpimentaremos y vertemos sobre la masa cocida. Batiremos las yemas de huevo con la crema de leche y verteremos encima de la cebolla. Trocearemos el queso rallado por encima y horneamos unos 15 minutos hasta que esté cuajado.
Acompañaremos de una ensalada con aceite de canela.